domingo, 5 de septiembre de 2021

CRÍA CUERVOS... Y TE APUÑALARÁN POR LA ESPALDA

Navegando por Netflix una tarde cualquiera y buscando un título que tuviera una valoración aceptable en IMDB para invertir 2 horas de mi tiempo de aburrimiento supino, me topé con este título, "Puñales por la espalda". Reconozco que pasé por encima de esta película varias veces, pero la portada de Chris Evans con ese jersey de cuello alto y con pintas de seductor, no me motivaba nada.

Aun así, decido darle una oportunidad alentado por la alta valoración que la crítica le daba a la película. Sobre el papel, apunta maneras, un elenco atiborrado de estrellas que brillaron tiempo a. Christopher Plummer, Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Nicole Colette que ya se había ganado mi corazón desde el 6º sentido y últimamente tras Heriditary, Daniel Craig y la sorpresa de la jornada, Ana de Armas y su angelical y sensible rostro. Acabo trempando cuando veo que el director es Rian Johnson, el artífice de aquella incalificable y espléndida Brick que me dejo con el culo torcido hace ya unos 15 años.

El cóctel es explosivo así que, al ataque. Y la película empieza a cámara lenta con unos perros galopando, pero que nada tiene que ver con el ritmo que el Sr. Johnson, que además de dirigir, escribe un guión redondo, le imprime a la película. 

El film se resume con la muerte del adinerado patriarca de una familia americana acomodada en el alto nivel de vida que disfrutan gracias a la pasta que el pobre padre ha cosechado con su éxito como escritor. Su familia, hijos, yerno, nueras y nietos son un rebaño de sanguijuelas que viven gracias a él, a pesar de repetirse como si de una competición de egos se tratase, que son los únicos artífices de sus respectivos éxitos. 

Lo que a priori parece una familia con el don de la providencia va desenmascarando a unos tipejos consentidos, mal criados, egoístas y codiciosos siempre a la sombra del omnipresente progenitor (ya sea en vida o a través de los cuadros que adornan las paredes de la mansión una vez muerto) y que no son capaces de hacer nada provechoso por ellos mismos. Entre ellos se cuela Ana de Armas, la enfermera inmigrante del patriarca que es la más conectada a él sentimentalmente. Considerada falsamente una más de la familia a pesar de que nadie sabe de donde procede. Colombia, Brasil… extranjera, en definitiva, lo que destila el racismo y la incultura de la blanca supremacía americana.


La narrativa de la película es perfecta, no hay manera de despegarse de la pantalla. A los 15 minutos ya está el pescado vendido. El muerto al hoyo y empezamos la partida de Cluedo que propone el director donde, claro está, todo espectador que se precie quiere resolver cuanto antes para alimentar su ego detectivesco y creerse el más listo de la clase. Rian Johnson nos dirige como marionetas, cambia el punto de vista de la narrativa para que el espectador (y los personajes) manejemos (casi) la misma información y tratemos de resolver el crimen. De entre todos los personajes se erige, Daniel Craig, que dibuja un histriónico detective que siempre parece ir 2 pasos por delante y saber más de lo que aparenta.

La planificación, con un abuso del planto corto, cortísimo, y la banda sonora, que complementa un clima de comedia negra, se suman a la receta del cóctel que, como los mojitos, parece que no, pero te ponen a tono. Nada sobra y nada falta, todo está perfectamente alineado y planificado para ir generando interés y curiosidad a medida que avanza el metraje.

Es magnífica también la disposición de detalles que inundan la casa y que simbolizan las claves del suceso. La partida de Go que da pistas sobre el desenlace y muestra la constante batalla entre negras y blancas (o buenos y malos), las marionetas que decoran la mansión, recogidas de La Huella de Mankievicz, que parecen simbolizar cómo el patriarca y el propio director, mueven los hilos de los personajes o el "donut" de cuchillos apuntando al centro, como un personaje más durante toda la película y que juega un papel fundamental en el giro final del film.

                                          

El desenlace sigue los cánones de las aventuras de Agatha Cristie o Arthur Conan Doyle. El detective resuelve el caso, desenmascara al asesino a lo Scooby Doo y el espectador empieza a atar los cabos que tenía ante sí. Siempre hay un cuñado que ya sabía quien era el malo pero para los que no se lo olían o se dejan engañar como un servidor, el final no decepciona y está a la altura del resto de la película.

Ojo que hay secuela confirmada con Rian Johnson, de nuevo, firmando guión y dirigiendo el cotarro y Sherlock Craig repitiendo rol. Película redonda, afilada como un cuchillo y mordaz sin aparente pretensión de serlo. Chapeau Rian.

8/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario