domingo, 14 de enero de 2024

LA SUCIEDAD DE LA NIEVE

Después de varias entradas en este blog con una candidez inusual en mí, empiezo este año 2024 con ganas de guerra. Además, hace tiempo que tengo ganas de incorporar a J.A. Bayona a este blog y darle un poquito de cera así que, que mejor ocasión que el estreno de su último largo La Sociedad de la Nieve, para despacharme a gusto.

Ay Juan Antonio... qué te verá la gente para haberte llevado tan lejos siendo tan mediocre... tienes el mérito de darle a la audiencia y a los que manejan la pasta, lo que te piden. Tienes la suerte de tener a la crítica de tu parte y si embargo yo, necio de mí, sólo veo a un director insulso, sin alma, sin personalidad. Un imitador, un copión, que simplemente cumple con el trámite y lo baña todo de un efectismo que gusta a la crítica, cala en el público y enamora a los productores. Es evidente que el que está equivocado soy yo, pero es que ninguno de sus anteriores títulos ni esta Sociedad de la Nieve consiguen conectar con mis emociones. También podría ser que esté corrupto o tarado o las dos cosas a la vez. Que sería lo más probable.

Bayona tiene escuela, la ESCAC para ser exactos, y se nota. Conjuga los elementos del cine perfectamente para ofrecer un producto bien armado, definido y robusto. No se le puede criticar nada de su técnica, de su puesta en escena, de su planificación. Lamentablemente, es un mero hacedor de películas que parece hacer obras por encargo. Que no es poco ni fácil, pero ni de lejos es suficiente para que eleven su figura al Olimpo.

Su carrera se inicia bajo el apadrinamiento de Guillermo del Toro quien produce su ópera prima, El Orfanato, siempre a la sombra de Los Otros de Amenábar. Se sabe que Bayona se fijó muy mucho en la obra de Amenábar para dar forma a su primera puesta de largo. No tiene nada de malo, todos tenemos nuestros referentes e influencias. El problema es que no es capaz de imprimir un sello personal, no hay nada reconocible en sus películas que identifique su estilo, nada. Son "simples" películas de laboratorio. Muy bien hechas, muy bonitas, pero nada más.

Después saltó a Hollywood y se animó, sin miedo a las alturas, a ponerse al mando de una superproducción con Lo Imposible. Ahí se desenmascara el Bayona del "quiero y no puedo". Quiere pero no puede ser como su idolatrado Steven Spielberg, repitiendo y combinando mecanismos emocionales y lazos familiares (la búsqueda y reencuentro familiar entre la tragedia del tsunami) en una suerte de mix entre La Guerra de los Mundos y Salvar al Soldado Ryan. Debió hacerlo bastante bien a tenor de los éxitos cosechados pero, de nuevo, no conecta conmigo, no traspasa la pantalla. Eso sí, las grandes secuencias de acción como las del tsunami las rueda con una genialidad pasmosa.

Más tarde prueba con el drama íntimo en Un Monstruo Viene a Verme que de nuevo me recuerda demasiado al estilo de Amenábar en Mar Adentro y por último se vuelve un fiel clonador Spielbergriano al dirigir Jurassic World.

Ahora que ya queda patente mi opinión sobre el pequeño-gran J.A. Bayona, veamos que nos depara esta Sociedad de la Nieve, pagada por Netflix, y qué la hace tan especial como aparenta para estar en boca de todo el mundo.

Lo primero que hay que destacar de esta película es su calidad cinematográfica. La fuerza visual es incuestionable. La recreación de los 70 con colores saturados y gente fumando hasta en los aviones. La fotografía de Pedro Luque es de una calidad extraterrestre. Rodada en 35mm dando esas texturas que no son capaces de generar todavía las grabaciones digitales. La caracterización de los personajes, la delgadez progresiva de los actores, las localizaciones, los tonos azulados, el rugido del viento y el silencio de la montaña. Se siente el frío, se siente el hambre, se siente la desesperación y se siente la muerte. Una puesta en escena muy potente.

La gran virtud de Bayona en esta revisión de la tragedia de los Andes es intentar no cuestionarse el canibalismo como un acto aislado, si no como una consecuencia de la supervivencia a la que se aferran los protagonistas. Se intenta alejar de la moralina fácil y se centra en contarnos una historia de instintos salvajes, de supervivencia, de superación, de pertenencia a la manada, de resistencia y resiliencia. Es hábil para no mostrar imágenes demasiado explícitas (aunque alguna se le escapa) y no enfatiza demasiado el momento en el que se cruza la línea por primera vez. De hecho muestra el momento desde dentro del avión, a través de una ventana, como lo vemos nosotros a través la pantalla y lo hace desde la perspectiva de Numa, el único integrante de esa sociedad de la nieve que no va a probar bocado hasta el día de su muerte. Es precisamente Numa el que representa la moral, los valores cristianos que no deben corromperse por grande que sea la tentación o la necesidad. Es Numa ese narrador sospechoso que nos va complementando en off los juicios morales que van superando los supervivientes a medida que, como dice el propio personaje, lo impensable se vuelve rutina.

El espíritu de esta Sociedad de la Nieve no es otro que la supervivencia colectiva. La organización y las normas que establecen sus integrantes para resistir ante la adversidad y no perder nunca la esperanza. El consentimiento que se dan los vivos antes de morir para servir de comida al resto. Es sólo un grupo de personas que ya hace tiempo que han superado lo que es inmoral y donde el debate gira únicamente en torno a cómo sobrevivir, porque si algo queda claro en esta película, es que nadie quiere dejarse morir, ni siquiera Numa, aunque sucumba a sus principios, no se abandona nunca. Se castiga y pide perdón a sus compañeros cuando su cuerpo débil y enfermo ya no puede ayudarles pero, aunque se niega a probar bocado, no pretende abandonar la lucha por sobrevivir en ningún momento.

La narrativa ya es más cuestionable. Bayona falla como siempre al intentar transmitir emociones y fuerza y enfatiza los momentos que le conviene para obligarnos a empatizar con los personajes, cuando él decide. El efectismo es evidente y llamativo: Subraya las muertes proyectando los nombres y la edad de cada fallecido en pantalla para hacernos sentir una forzada tristeza y desaliento por los vivos. Entierra los restos humanos de un personaje que días atrás había sido una ración de viaje. Abusa del sufrimiento de lo enfermos en general y de Numa en particular e incluso "mata" al narrador de la historia en un golpe de efecto muy tramposo.

Además le sobran minutos, a mi gusto, bastantes. Tiene fácil un recorte de 30 minutos sin que se pierda nada. Exactamente igual que le pasaba a Viven hace 30 años. Hasta en eso copia.

Es que incluso la música me recuerda demasiado a Amenábar y a sus bases de piano.

No negaré que la película tiene momentos estelares. El accidente está rodado con maestría. El uso de la música, los sonidos de huesos rotos, la tensión y terror de los protagonistas. Una maravilla. Me sobra la exposición que hace uno de los pasajeros al explicar, con gráfico incluido, cómo y por qué se producirá el accidente... le ha faltado hacer un Power Point.

La sociedad de la Nieve es seguramente la mejor película Bayona hasta la fecha. Tiene todo el catálogo de carencias habituales pero mejora como director al rodar de forma más subliminal, menos evidente. Invita al espectador a decidir que haríamos nosotros en esa situación. Qué seríamos capaces de hacer y qué no. Y no me refiero sólo a comerse crudo a un compañero muerto la noche anterior. Me refiero a escalar una montaña a 4.000 metros de altura, a dormir a la intemperie con temperaturas glaciares y vientos gélidos. Me refiero a sobrevivir a un alud y quedar sepultado durante 4 días.

¿Es más fuerte el instinto animal de supervivencia o la rendición?. 

Como decía Viggo Mortensen en La Teniente O'Neil "Jamás vi algún animal silvestre compadecerse de sí mismo. Un pájaro caerá congelado de una rama sin haber sentido pena por sí mismo." refiriendo la idea de que, en situaciones extremas, nuestros instintos primarios y salvajes afloran para derrotar a nuestras limitaciones morales y sociales.

Y aunque puede llegar a ser depravado, sucio e inmoral, estoy bastante de acuerdo.

6/10

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